domingo, 27 de febrero de 2011
La auténtica Morocha Argentina
Pionera del cine erótico en Argentina. Conocida y alabada en el mundo entero. Rendimos homenaje en esta entrevista a Isabel Sarli, la auténtica Morocha Argentina.
Desde siempre ha sido dueña de una belleza única, algo que le valió el galardón de Miss Argentina, allá por el año 1955 y estar entre las finalistas de Miss Universo. En ese momento, esa reciente modelo gráfica aún no sabía que le esperaba una carrera magnífica y se erguiría como una pionera y estrella del cine nacional, así comenzaba la historia grande de Isabel Sarli, la Coca.
Hoy por hoy, los tiempos han cambiado. La vorágine del entretenimiento y las artes es feroz, y tal vez las caras y los cuerpos de moda deben hacer algo más para mantenerse en los medios, por eso es normal verlas en cuanto programa de televisión exista mostrando sus bondades y atributos con el fin de conseguir un representante o un primer trabajo sobre las tablas o en la caja mágica. Antes era otra historia...
“Yo no sabía que iba a hacer un desnudo para la película de Armando Bó. Me enteré en el mismo set de filmación. Sentí un poco de miedo porque mi madre me había acompañado esa vez” afirma Isabel, rememorando aquellos tiempos en los que se encontraba filmando “El trueno entre las hojas”, la primera de las películas que rodó junto al compañero de toda su vida, Armando Bó.
Justamente esa primera aparición en 1956 de la Coca en el filme llegaría a convertirse en el primer desnudo del cine nacional, que nació desde la intención de Bó de “ampliar el mercado, porque por ese entonces los mexicanos dominaban la taquilla y Argentina se había quedado un poco atrás”, según argumentó la actriz.
En primera instancia Isabel no quería saber nada con el tema de un desnudo para la pantalla grande. “Me asustaba”, explicó. Por eso el director procuró sugerirle que se usara una malla color piel, ganando el consentimiento de Sarli aunque en el momento del rodaje de la escena en la selva, esa malla jamás apareció. Por otro lado, la idea original era la de filmar planos lejanos pero luego se usaron los acercamientos que se vieron en la cinta y que le valieron a la actriz los severos retos de su madre.
“Eso causó conmoción en el país y, además, la película me permitió hacerme conocida no solo en Argentina sino también en otros países. Revistas como Time o Life hicieron buenos comentarios sobre la filmación, aunque en el territorio nacional fue como una especie de escándalo porque nunca se había visto eso”, recordó la protagonista y agregó que “no sólo el público se sorprendió, yo también porque Armando no me había mostrado la grabación terminada, yo recién pude ver todo en el momento del estreno”.
La cinta, lanzada el 2 de octubre de 1958, luego de ganarle la polémica y a las intenciones de censura y tuvo una repercusión gigante, algo que la Coca no esperaba sencillamente.
En otro país, como en Paraguay, la película también tuvo inconvenientes a la hora de ver la luz durante de la dictadura del General Alfredo Stroessner, quien manifestaba que “eso era explotación del hombre por el hombre, y eso no pasaba en su tierra”. Mientras tanto, la figura de Isabel Sarli creció tanto que incluso viajó a Checoslovaquia, donde fue premiada en el Festival de Karlovy Vary, en la ciudad de Praga, donde la película había sido un verdadero suceso. Algo realmente curioso teniendo en cuenta que “fue obra del destino, ya que nunca había deseado trabajar en cine ni nada por el estilo”.
Luego del éxito de “El trueno entre las hojas”, Isabel Sarli realizó 28 películas más hasta el año 1980 y siempre la polémica instalada por el contenido erótico de sus películas fue un rival a vencer. Más teniendo en cuenta la delicada situación política y social que vivía nuestro país. “Convivir con la censura ha sido algo realmente horrible. Armando luchó demasiado contra eso, se amargó la vida. Él fue preso, hemos tenido miedo y también fuimos perseguidos por la Triple A, algo tremendo para ese momento. Fui criticada y vapuleada por los censores, pero salimos siempre adelante, y mucho tuvo que ver el apoyo del público”, explicó la Coca aunque enseguida aclaró que “pese a todo, jamás detuvimos las filmaciones y tampoco quise irme de mi país, pese a tener ofertas desde todas partes del mundo”. Pese a todo, el recuerdo es imborrable para ella que se encargó de aclarar que en los tiempos de filmación “todo era como una gran familia, además del enorme profesionalismo con el que se trabajaba, no como ahora”.
Isabel, con esta última frase, deja un tema puntual que abordar: los diferentes métodos de trabajo. “Sinceramente no me gusta mucho la televisión actual. En épocas pasadas por ejemplo, la ropa sucia se lavaba adentro. Hoy en cambio todo el público en general tiene acceso a las intimidades y a las discusiones de los artistas y directores. Obviamente que también las situaciones de desnudos han ido cambiando, hoy no existe el límite ni los horarios permitidos para menores. Pero lo que más me disgusta es que las chicas que trabajan hoy en día no tienen esa intención de convertirse en mujeres de cine, de hacer carrera. Todas quieren ser vedettes, aspiran a las plumas. Ese es el trono de Moria Casán. Yo soy una mujer de cine. Mi lugar hoy en día, ninguna lo supo ocupar además, ¿quién ha triunfado como mujer sexy en las películas? Todas son rubias y muy bonitas, cada una tiene sus escándalos pero, ninguna ha tomado la posta y dijo ¡Aquí estoy yo! y obviamente que tampoco existe otro Armando Bó, interesado en hacer esa clase de películas, con música y paisajes variados y un poquito de sexo”, sostuvo enérgica la Coca.
“Estoy conforme con todas las películas que he hecho, soy una agradecida de mi carrera. Como me decía Armando: cada filme que grabamos era como un hijo. Eso sí, de tener una preferencia por alguna me quedaría con la que le gustaba a mi mamá, “La Burrerita de Ypacaraí” (NdeR: sexta película de la actriz, rodada en 1962), filmada en Paraguay. Me gusta porque era muy emotiva. Se les llama Burreritas a las mujeres de aquel país que venden mercadería por las calles, sobre un burro. Esta historia en particular se filmó en las calles de Asunción y cuenta con la música de Luís Alberto del Paraná”.
Por último y antes de despedirse, Isabel Sarli dejó abierta la posibilidad de volver a la pantalla. “Soy una mujer mayor, muy feliz. No tengo proyecto para filmar, pero eso nunca se sabe”.
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